martes, 7 de abril de 2009

La condena de los mortales

Es lo que somos, es inevitable. Sentir no es un ningún regalo, ni un privilegio, es nuestra peor condena y castigo, por ser una raza mortal, somos sólo animales, aún peores que los cuadrúpedos. Fuimos bendecidos con la virtud del pensamiento lógico y condenados con las confusas emociones.

No más adjetivos rebuscados
Ni palabras desgastadas
Son sentimientos promiscuos
Tal vez verdaderos, tal vez no.
¿Cómo saberlo?
Sentir es la tortura
Que nos agrada
¿Qué seriamos sin ella?
Es necesaria.
No quiero volver a ser impasible
No quiero que la lógica me invada
No de nuevo

Antes, el dichoso amor me habría hecho pensar en sarcasmos e ironías, conocidas y por conocer. También me habría hecho sentir la intensidad de un deseo simple, de un amor perfecto. Pero no es así, ahora esa ya no es mi verdad y espero no lo vuelva a ser, porque una quedan vestigios.

El dolor produce placer,
No es sadismo.
Al conocer la lujuria intensa
Todo esto, producido por una razón,
Lo que creemos es amor.

Es entonces éste, el peor de los castigos, no saber lo que somos de una manera cierta, siempre con estos benditos y a la vez malditos sentimientos enlazados.

Cofrathzel Rynoa
Abril de 2007

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