lunes, 28 de septiembre de 2009

Nota N°5

- ¡Deja ya de ser tan impulsiva!
- Pero mamá…
- Pero nada, lo que tú buscas es que terminen matándote.
- No es así, es que prefiero actuar a quedarme sentada viendo como las cosas pasan, así como tú lo haces.
- ¿Es que no piensas en las consecuencias? En que si algo te pasa o si tú haces algo, yo y tu hermano quedaremos marcados también.
- Pero es que alguien tiene que hacer algo, no sabes cómo se siente la impotencia de no poder arreglar las cosas.
- Esas cosas no te tienen porque importar, porque no te corresponde hacerte cargo de problemas que no son tuyos.
- Si lo son cuando tienen que ver con mi familia.
- ¿Acaso se te olvida que la madre aquí soy yo?
- Pues si no te has hecho cargo nunca, alguien tenía que hacerlo, alguien tenía que llevarse la carga de cuidar del resto.
- ¿Qué resto? Si sólo somos nosotros tres.
- Nunca has sido lo suficientemente fuerte para criar a nadie. Mi hermano te pasa por encima cuando quiere, y yo estoy arreglando eso, así que no lo pongas peor.
- Nadie te pidió que hicieras nada.
- Pero si no lo hago yo ¿quién?, tú dejarías que se convirtiera en un vago.
- Aun así, no tienes derecho a prohibirle hacer lo que le gusta.
- No, pero si a castigar sus faltas de respeto, porque yo no tengo tu paciencia, y no tengo porque soportar sus insultos.
- Cuando tengas tus hijos entenderás que no puedes ser una piedra todo el tiempo.
- ¿No es eso lo que tú haces?
Silencio…
Un golpe en la mejilla, pero que termina doliendo mas en el corazón.
“Yo solo quería ayudar, lo siento, lo siento mucho”

No hay comentarios:

Publicar un comentario