lunes, 5 de octubre de 2009

Ángeles


Alguien una vez me dijo que habían personas que eran como ángeles, pero que pasaban como un mero extra en la vida de las personas a las que ayudaban.

¿Acaso hay también ángeles negros?

Personas que si bien ayudan, tienen tal ego que gustan de ser el centro de la vida de sus protegidos, cuyas acciones rozan el límite de la lástima. Que aspiran a cumplir una bien, pero que resulta completamente vacío.

Si es así, quizás yo sea uno de esos ángeles.

Ya no sé porque hago las cosas. Porque me empeño tanto en proteger a los quiero, mientras me guardo las lágrimas. Porque me esfuerzo tanto, si ya no vale la pena. Solo me engaño a mí misma.

I. Desesperación.

Debo cerrar mis oídos a esos gritos de desaprobación que vienen de mi misma, y debo dejar mis fantasmas detrás. Pero…

Simplemente no puedo.

No puedo aceptar que nunca seré un ser de luz, que estoy confinada a un rincón oscuro.

No puedo aceptar que mi cuerpo tenga un límite impuesto por mis sentimientos.

No puedo aceptar que mis propias acciones me condenaron.

No puedo aceptar que cometí esos errores.

II. Resignación

En algún momento tenía que tocarme perder. Y toda mi torre de cartas se cayera por culpa de una pésima base.

Pero ya no importa, no creo que importe.

2 comentarios: