jueves, 1 de octubre de 2009

Yo...

No es bueno llorar por la noche, porque en la mañana tus ojos están hinchados y quedan los vestigios del llanto, que a veces si el maquillaje consigue borrar. Luego llegas en la mañana a clases, te preguntan porque esa cara, y no queda más que responder que es porque pasaste mala noche, en parte es cierto…

No entiendo porque estos recuerdos vienen a mi mente ahora, cuando debería estar pensado en cosas más importantes…

Me siento…

Sola.

ACTO I – La niña de los vestidos de colores

- Sonríe y no le discutas a nadie
- Se linda y ve a saludar a tus tíos
- Compórtate cuando vayamos por la calle
-
Sonríe y miente.

Se una hipócrita, levanta la cabeza y se perfecta para el público. Todos esperan que seas linda y dulce, un lindo adorno en el centro de la habitación. Mientras nosotros les presentamos logros en esta función.

Se una niña buena y sonríe. Oculta quien eres en verdad, oculta todos los golpes y los gritos, porque lo hacemos por tu bien.

ACTO II – Uniforme escolar

Tienes una cita con la directora, así que sonríe y saca a relucir todo lo que has aprendido, así podrás ingresar antes en el colegio.

ACTO III – Mascota de los Profesores

No puedes salir, debes estudiar.

No te estamos pidiendo que seas simplemente buena, te estamos exigiendo que seas la mejor.

Pero debes seguir sonriendo, ser perfecta para que tus profesores te adoren y tus compañeros te envidien.

Perfecta, y así estaremos orgullosos…

Levanta la cabeza, sonríe, y ve a las clases de piano.

ACTO IV – La rebeldía

Deberías comportarte, últimamente has estado muy rebelde en el instituto. Aunque no hayas bajado tus notas, debes comportarte. No ves como estas dejando la imagen de nuestra familia.

Qué bueno que hayas entendido, así que levanta la cabeza y sonríe.

ACTO V – Decisiones

He estado pensando en lo que deberías estudiar, que te parece Medicina o Derecho, aunque sé que no te agrada mucho el contacto físico, no eres muy sociable y además siempre tienes las manos heladas. Entonces la mejor opción es Derecho, ¿no te gusta? Bueno eso no es importante ahora, será mejor que te vayas a estudiar, además de ir al preuniversitario el lunes, martes y miércoles; y a tus clases especiales los viernes y sábados.

Así que se linda cumple con tus compromisos, tus clases y sigue sonriendo.

ACTO VI – Carrera y orgullo

Excelente. No sabes la envidia de tus tíos porque quedaste en la universidad. Ahora estoy realmente orgullosa de ti. Pero…

Me da muchísima rabia que tu padre ahora se vanaglorie de tus logros cuando él nunca ha estado pendiente de ti, y encima con esa golfa.

Bueno, ya no importa. Pero es por esto es que debes seguir adelante y terminar bien esta carrera, porque cuando el este viejo y te necesite, podrás mirarle con desprecio, darle la espalda y decirle lo que realmente piensas de él.

Mientras tanto levanta la cabeza, sonríe y estudia.



Me siento…

Sola.

Sé que estoy rodeada de gente que me quiere, pero no estoy segura de que me quieren a mí, sino la imagen que he construido de mí. No la que mi madre quería que levantara, sino una que ni siquiera ella conoce. Una imagen de persona dura, insensible y que no necesita a nadie.

Todo funcionaba como siempre. Seguí llorando por las noches, porque en mi interior había un ser que estaba encerrado, que yo misma encerré a causa de mi vanidad y egoísmo. Pero no importa, al menos funciona, para mí y para el resto.

ACTO VII – Él

No comprendo cómo fuiste capaz de ver quién era yo en realidad, una persona con muchos miedos, complejos y falta de atención. No sé cómo es que te deje que vieras, que atravesaras la máscara y comprendieras que soy débil, que necesito que me cuiden y me quieran.

Al fin me abriste los ojos, pero no me agrado lo que vi. Una chica débil que fue entrenada para ser una mentira, para aparentar y así obtener la aprobación y el cariño que quiere, o más bien que necesita.

Me conociste.

Por eso quería estar todo el tiempo contigo, fuiste el único que supo quien realmente soy. Te agrade. Pero me hiciste comprender que no era bueno, en especial para mí. Que me hacía daño.

Lo entendí.



No, no pude, seguí siendo una máscara. Lo siento.

Pero…

Tuve una pesadilla, una horrible pesadilla, que me sigue persiguiendo e hizo que me diera cuenta de que no puedo seguir así. Mi propio yo se volvió en mi contra, aunque era obvio que no soportaría mucho tiempo más encerrado.

Y estabas ahí, hasta en mis pesadillas te vienes a meter, y trataste de decir algo sensato, pero no quise escucharte, hasta que me diste una cachetada y me hiciste entrar en razón. Dijiste que si yo no me sacaba la máscara, esta se iba a apoderar de mí para siempre hasta que me controlara por completo y me pudriera por dentro.

Comprendí que está mal. Y ahora prometo que…


Tratare de cambiar.

2 comentarios:

  1. No puedo explicar lo que siento ahora, pero creo que es bueno. ¿Fe? No sé. En fin, creo que nunca te he dicho que te voy a apoyar en lo que sea que decidas... Y quiero que tengas eso en cuenta.

    Te quiero mucho, Dennys Meyer.

    ResponderEliminar
  2. *suspiro*

    Supongo que tácitamente lo dijiste, asi que no importa...

    Ya sabes que también te quiero

    ResponderEliminar